El Día de Todos los Santos es una tradición
católica instituida en honor de todos los santos, conocidos y desconocidos,
según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de
los santos durante el año por parte de los fieles.
En los países de tradición católica, se celebra
el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia ortodoxa se
celebra el primer domingo después de Pentecostés; aunque también la
celebran las Iglesias Anglicana y Luterana. En ella se venera a
todos los santos que no tienen una fiesta propia en
el calendario litúrgico. Por tradición es un día festivo, no laborable.